Anastasio Aquino Rey de los Nonualcos
“Un suceso importante que dio luz a Santiago Nonualco y que envuelve en
la magna historia a esta localidad, es el levantamiento indígena de
Anatacio Aquino.”
“Un informe dice: Nació en Santiago Nonualco el 15 de abril de 1792, murió fusilado y luego decapitado el 24 de julio de 1833.Anastasio Mártir Aquino San Carlos, descendiente de los mayas y nahoas, era hijo legitimo de Thomas de Aquino y María de San Carlos. “
“El cuartel general del comandante Anastasio Aquino lo tenía en una enorme cueva, situada en el Caserío Los Lobatos, Cantón Santa Cruz Loma, de Santiago Nonualco, departamento de La Paz, denominada popularmente “la Cueva de Anastasio Aquino”.
“En el lugar se encuentran los cerros El Tacuacín; El Pleito, La Campana y otros. Por la existencia de una cueva y la Casa Peña, el Órgano Legislativo emitió un decreto mediante el cual se denomina al cerro El Tacuacín como “LUGAR HISTORICO”.”
Historia
Cuando llegó la "independencia", la mayoría indígena ni se dieron cuenta porque no sabían leer castellano muy bien, no tenían periódicos ni radio, y la independencia en sí fue de criollos contra España, pero el afectado en todo el territorio con la "independencia" vino a ser el indígena como siempre, ya que se proclamó la libertad de esclavos, quienes a su vez recibieron tierras que pertenecían al nuevo "Estado" y que habían sido arrebatadas a la fuerza a sus verdaderos dueños (los indígenas), y también las nuevas autoridades pasaban a ser dueñas absoluto de toda la tierra, despojando a los indígenas de sus últimos terrenos por no tener "títulos de ella".
Los españoles criollos llegaban y si un indígena no poseía título de tierra, tenía que irse del lugar y abandonarla o de lo contrario sería puesto en prisión e incluso hasta ser desaparecido. Las comunidades que sobrevivieron el asedio colonial de la autoridad criolla fue porque pagaron grandes cantidades de impuestos que en muchos casos era pagada con producción, pero cuando no podían pagarla debían huir a zonas apartadas como los montes escondidos para no ser aprisionados.
Aquino nació “o fue asentado” el 17 de abril de 1792. A los 19 años paso a ser jefe de las tribus de los Nonualcos que habitaban en esa zona marginada de El Salvador y que mantenían contactos limitados con la nueva comunidad blanca de los invasores castellanos, el único contacto si se podría decir así era a través de los catequistas "cristianos" católicos enviados por la corona española y con los patrones blancos que les daban trabajo en añilerías. Aquino a sus 17 año, vio que los blancos se habían apoderado de casi toda la tierra, cercándola y expulsando a miembros de las tribus y comunidades con el pretexto de expandir el añil, hasta el grado de que también las montañas pasaron a ser propiedad de los blancos y quienes quisieran habitarlas debían pagar grandes impuestos al gobierno blanco pro-español.
Entonces Aquino junto a un grupo de jóvenes valientes indígenas se rebelaron contra el gobierno impuesto de los blancos, y comenzaron a organizar a sus familias, amigos y después a las comunidades cercanas. Aquino, como primer tarea, trabajo duramente por seis meses organizando a jóvenes de las comunidades indígenas para que se levantaran contra el dominio de los blancos, pues a esa altura, Aquino veía la posibilidad de derrotarlos y recuperar las tierras que les eran heredad de sus antepasados.
Aquino, fue el Caudillo, líder del levantamiento armado de las comunidades indígenas de la región paracentral del Estado de El Salvador: Estos hechos iniciaron en 1827 y se extendió por tres años, siendo entre otros lugares la hacienda Jalponguita, en Santiago Nonualco, hasta expandirse entre los ríos Comalapa y Lempa (finales de enero y principios de febrero de 1833).
Se sublevó contra el gobierno que dirigía Mariano Prado y Joaquín de San Martín, quienes de manera infructuosa intentaron en repetidas ocasiones someter a los indígenas alzados en armas, pero siempre eran derrotados. El gobierno de Prado trató una vez más de vencer a los indígenas liderados por Anastasio y se valió de la intervención del presbítero Juan Bautista Navarro, de nuevo otro fracaso.
Un hecho importante fue que los indígenas después de un día y una noche de combate, entraron triunfantes a la ciudad de San Vicente, lugar donde residían los terratenientes que los explotaban hasta "exprimirlos" y que los trataban como esclavos, les pisoteaban su dignidad.
La toma de Tepetitán
Cuando las tropas de Aquino desalambraron los terrenos de Tepetitan, se sabía con certeza que la entrada al pueblo se daría tarde o temprano, ya no era secreto, lo comentaba toda la gente en el pueblo, ya que lo tenían casi rodeado y buscaban entre los ladinos apoyo a la revuelta. Después de unas dos horas de batalla las tropas de los blancos habían huido...hubo silencio por
dos horas... Cuando Aquino entró victorioso con su ejército a Tepetitán el 1833 ya toda la gente lo esperaba con alegría, y les tenían comida, bebidas y hubo fiesta toda la noche. Incluso el párroco que le echaba todas las maldiciones en los sermones, ahora se hacía ver alegre con la llegada de las tropas indígenas, y eso le valió para que no quemaran la Iglesia.
Hasta Tepetitán llegaban gentes de otros lugares a saludar los mandos indígenas, muchos buscando conversar con Aquino pero pocos lograron conversar con él, ya que este a pesar de no leer castellano, dictaba las leyes que iban a regir en los lugares
liberados, leyes que estaban siendo escritas por ladinos que le acompañaban en la lucha, y también porque Aquino era desconfiado de los blancos.
Un hecho importante fue que los indígenas después de un día y una noche de combate, entraron triunfantes a la ciudad de San Vicente, lugar donde residían los terratenientes que los explotaban hasta "exprimirlos" y que los trataban como esclavos, les pisoteaban su dignidad. Un rescate histórico dice:
! Viva el rey de los nonualcos !
"Los ricos criollos (de San Vicente) se habían refugiado en la iglesia tratando de resguardar sus riquezas bajo el mando de Aquel que abominó de los potentados y consagró su vida a la pobreza y a la humanidad. Los indios no se atrevían a entrar, atacar el templo. Siglos de prédica opresora les había infundido un fanático temor frente a la divinidad de los blancos, frente a aquel Dios que podía fulminarlos si se decidían a atacar su morada. Parecía que la estrategia criolla daría resultado. Desde una torre de la
iglesia, el cura lanzaba anatemas contra los ejércitos indios. Pero el valor del Tayte logró dominar el pánico y la iglesia fue tomada por las huestes nonualcas.
Para demostrar a los indios la falsedad de los castigos con que los amenazaba el cura, para que se convencieran de que ningún rayo celeste los abatiría por sacrilegio. Aquino trepó al camarín que resguardaba una imagen de Sa José y, derribándola, se ciño la corona y se cubrió con el manto de la estatua constituyéndose así, a los ojos de los indios, en el gran demoledor de la mentira católica, en redentor auténtico de la raza oprimida, en verdadero apóstol de aquel que dijo 'Bienaventurados los humildes, porque ellos poseerán la tierra'."
Las capas, criollas, mestizas y el gobierno hicieron un gran esfuerzo bélico, reclutaron y armaron aproximadamente a 5,000 hombres, al mando del capitán Juan José López, esta vez sí lograron la derrota de los nonualcos. Aquino se había retirado al cerro El Tacuazín, en donde resistió por un buen tiempo. Después de dos semanas de recio combate, ya casi sin munición, las tropas de Aquino se enmontañaron más, pero Aquino iba herido de una pierna y del hombro derecho, y ya no podía caminar ni disparar y el cura intervino para que se rindiera. Mientras su ejército indígena se replegaba, Aquino es capturado gravemente herido en el Cerro El Cuzuco.
Fue capturado (mediados de abril de 1833), vendado sus ojos y amarrado de pies y manos, aunque por las heridas ya no podía sostenerse en pie. Fue llevado junto con otros de sus camaradas heridos hasta la comisaría. Anastasio entendiendo que lo iban a fusilar les dijo: "Estoy listo para jugar a la gallina ciega". Luego que se negó confesar ante el cura que lo había entregado, lo semi sentaron, ya que no podía estar de pie por las heridas y, un pelotón de Diez soldados descargaron sus fusiles contra Anastasio Aquino en la cuesta monteros y al mismo tiempo le dispararon a los otros compañeros que fueron capturados en el mismo día. Su cabeza fue exhibida en una jaula de hierro y luego llevada a San Salvador, para mostrarle a la población salvadoreña qué le podría suceder a toda aquella persona que opusiera resistencia contra la injusticia.